MULLERES
RELEVANTES NO MUNDO MARÍTIMO-FLUVIAL
(Fonte: diferentes páxinas de internet.)
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Gertrude Ederle
Entre las mujeres
atletas de principios del S. XX destaca Gertrude Ederle, quien no sólo se
convirtió en la primera mujer en cruzar a nado el Canal de la Mancha sino que
superó más de una marca masculina.
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Anna Ivanovna Shchetinina: Primera mujer (soviética) que ejerció como Capitán
de la Marina Mercante en su país. Año 1935.
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Victoria Drummond: Primera mujer Oficial de Máquinas de la
Marina Mercante inglesa. 1930. Participó en la Segunda Guerra Mundial y
obtuvo las medallas del la Orden del Imperio Británico y la Medalla de Guerra
del Lloyd, por el valor en la mar.
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Molly Carney, capitana de barco, nació en Alma (New Brunswick,
Canadá) y murió el 9 de marzo de 2009 en Bangor (Maine, EEUU), a los 93 años.
Molly Carney fue la primera mujer de Norteamérica en recibir
la licencia que la acreditaba como capitana de un barco.
"Puede usted llamarme capitán de ahora en adelante",
rezaba el telegrama que envió a algunos de quienes no habían confiado en
ella. Tenía veintitrés años y acababa de aprobar las tres complejas pruebas
escritas y el arduo examen práctico, en el puerto, que le permitían ejercer
ese cargo.
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En concreto, fue en el año 1939 cuando Molly Kool -su nombre de soltera- fue acreditada como capitana.
Su primer viaje fue entre Alma -en la región canadiense de New Brunswick- y
Boston, un trayecto que repetiría regularmente durante los cinco años
siguientes a bordo del Jean K, el barco de su padre. Su trabajo consistía en
ir a buscar contenedores en posesión de grandes barcos anclados en aguas
profundas, y distribuirlos por los puertos de los pueblos de la región.
Cuando consiguió ese hito histórico tenía sólo 23 años.
Mirtle Kool nació Alma, un pequeño pueblo de pescadores en la región de Canadá. Aprendió a amar el mar y la navegación gracias a su padre, un capitán de barco holandés. Odiaba el nombre de Mirtle, por eso se lo cambió por Molly en 1940. Su caso provocó que se cambiara la redacción de la ley que regulaba el acceso al título de capitán de barco de Canadá, la Canadian Shipping Act, incorporando desde ese momento los artículos «él/ella», en referencia a que las mujeres podían empezar a desempeñar el cargo. Pero su carrera hacia la capitanía no fue fácil. Muchos hombres desconfiaban de la capacidad de una mujer para dirigir un barco, y otros apelaban incluso a que traía mala suerte. Sin embargo, Molly se fue ganando el respeto de sus compañeros al lado de su padre. En numerosas ocasiones demostró su valentía y determinación en la mar, ya que el barco de su padre, de unos 20 metros de eslora, navegaba en las bravas aguas de la Bahía de Fundy. A menudo, la travesía se veía afectada por una densa niebla, temporales de nieve y olas impetuosas debido a los fuertes vientos que azotan la región, pero ella nunca le disuadió en su sueño de ser capitana. «Ella era tan buena que se ganó el respeto de los viejos marineros», explica su amiga Mary Majka. Molly abandonó New Brunswick después de casarse en el año 1944 con Ray Blaisdell, originario del Estado de Maine. Baisdell murió un par de décadas después. Molly se casó en segundas nupcias con el empresario John Carney, quien, como regalo de bodas, le compró un barco que bautizó como Molly Kool. Sus amigos la conocían con el mote de la capitana Molly. |
Sonia Cabado Sánchez,
coruñesa . A sus 31 años se convierte en la primera jefa de máquinas de
petroleros gallega y la novena española.
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Idoia Ibañez: parece ser la primera mujer española con mando como
capitán. Es en 1984 cuando sale la
primera mujer Oficial de la Marina Mercante Española
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Lena Ringbom: Finesa, en 1931 se embarca por primera vez
con 16 años y parece ser que
la fue la primera mujer que trabajó en cubierta.
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Karin Stahre Janson: Sueca.Primera mujer Capitana
de un crucero
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Jeanne
Paret
(1740-1807), primera mujer en circunnavegar el mundo.
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Aunque desde una óptica netamente histórica
podemos mencionar a ese personaje singular que fue ARTEMISA DE HALICARNASO:
Según la historia fue Almirante de la flota de Caria que participó en la
batalla de Salamína (480 a.d.C.). De cualquier manera el concepto
"Almirante" era atribuido al hecho de haber organizado y mandado la
flota persa contra la griega. Un hecho notorio teniendo en cuenta la
condición de mujer para la época de los acontecimientos citados.
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Durante el tercer viaje de Colón embarcaron mujeres acompañando a sus
maridos pero también lo hicieron otras que como dice Cervantes: "
"iban a América, porque América resultaba ser añagaza generosa de las
mujeres libres". Es cierto que no iban como tripulantes, pero también es
cierto que ellas se adentraron en un mundo que, este sí, era exclusivo de
hombres por las condiciones de dureza que los barcos encerraban.
"Fragatas gallineros"·: Cuando en algunos barcos embarcaban las
mujeres de capitanes, a estos se les denominaba así y ocurría que, estúpidamente,
algunos marinos se negaban a navegar en ellos. En 1978 la Armada de los EEUU
un fallo judicial anula las leyes según las cuales la mujer no podía
enrolarse en otros buques que no fueran los tipo hospital.
Después de 1945 las mujeres aparecen como miembros de la tripulación de
buques mercantes, con mayor frecuencia en buques suecos como azafatas,
cocineras y operadoras de radio. En 1960 y debido a las dificultades de
Europa para reclutar jóvenes, se reclutan mujeres como cadetes,
deliberadamente. Mediados 1980: Durante los siguientes 15 años, el mundo del
transporte marítimo perdió interés en la contratación de la mujer a
consecuencia de cambio de pabellón, el exceso de capacidad, la disminución de
las tarifas de flete y las nuevas fuentes de la gente de mar masculinos en
Asia y Europa. Ahora con una escasez inminente de oficiales bien entrenados
(que se espera aumente al 12% de los puestos para 2010) la demanda de las
mujeres de mar es probable que aumente. Estas representan más del 18% de la
fuerza laboral marítima de la flota de cruceros. La mayoría como personal de
hotel.
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30
españolas acompañaron a Colón en su tercer viaje.
En el siglo XVI, de los 45.327 viajeros a América registrados
en archivos 10.118 son mujeres.
Mencía Calderón, al
frente de 50 mujeres, atravesó 1.600 kilómetros de selva en una expedición de
más de seis años.
Isabel Barreto,
primera y única almirante de la Armada, lideró en 1595 una expedición por el
Pacífico en la navegación más larga por ese océano hasta entonces.
María Escobar
introdujo el trigo en América. María de Toledo fue virreina de las Indias
Occidentales María de Estrada
participó en la expedición de Hernán Cortés en México y sobrevivió a la Noche
Triste. Inés Suárez acompañó a Pedro de Valdivia en la conquista de Chile,
cruzó el desierto de Atacama y participó en la defensa de Santiago.
Catalina de Erauso
abandonó el convento en España para viajar al Nuevo Mundo y combatir como
soldado de infantería en los reinos de Perú y Chile.
Beatriz de la Cueva fue
gobernadora de Guatemala y la primera gobernadora de los virreinatos.
Beatriz Bermúdez de Velasco
participó en uno de los combates para conquistar Tenochtitlán obligando,
espada en mano, a volver a la batalla a los españoles que se rendían.
Mencía Ortiz creó
una compañía para el transporte de mercancías a Indias.
La mujer ocupó puestos destacados en la conquista de América,
fue pionera en el ámbito socio-económico y determinante en el asentamiento y
el proceso de consolidación cultural de la naciente sociedad
hispanoamericana. Treinta mujeres acompañaron a Colón en su tercer viaje, más
de 300 llegaron a Santo Domingo en el primer cuarto del siglo XVI y la
población femenina constituyó casi una tercera parte de los pasajeros
embarcados con destino a América entre 1560 y 1579. Entre esas mujeres
existen historias personales de gran interés, como la de Mencía Calderón, mujer de Juan de Sanabria, que a la muerte de su
marido se hizo cargo de la expedición al Río de la Plata, o la de Isabel Barreto, almirante de la
Armada de Felipe II.
El empeño de una reina
El respaldo de Isabel la Católica al viaje de Colón fue clave en el Descubrimiento. Su insistencia desvaneció las dudas de su esposo Fernando sobre un proyecto considerado en la Corte costoso y estéril. ¿Quiénes y cuántas eran? ¿De dónde eran y adónde llegaron? La emigración clandestina —relativamente fácil y frecuente— tuvo especial incidencia entre las mujeres y sus datos son difíciles de indagar. De los 45.327 emigrantes de procedencia conocida 10.118 son mujeres. El 50% de ellas eran andaluzas, el 33% castellanas y el 16% extremeñas. Las naos y galeones transportaban, además de la carga y pertenencias personales, a oficiales, tripulación y una treintena de pasajeros que convivían con pulgas, chinches, piojos, cucarachas y ratas. Los camarotes no existían y los pasajeros se acomodaban en cualquier rincón para pasar la noche, en un espacio que en la mayoría de las ocasiones no superaba el metro cuadrado por persona. El Nuevo Mundo. La llegada a América supuso un fuerte impacto para los españoles. Se encontraron con distintos grupos humanos y con una climatología, flora y fauna muy diferente a la que dejaron en el continente europeo. La mujer imaginada Las crónicas, cartas y relatos de los conquistadores reflejan la imagen mental de la mujer que esperaban encontrar en las Indias, fusión de personajes míticos del Viejo Mundo, como las sirenas y las amazonas. Los españoles desembarcaron en una tierra de oportunidades, y para muchos de ellos su destino quedaría unido a un nombre de mujer. La mujer española del siglo XVI vivía supeditada a la tutela del varón y desprovista de toda relevancia intelectual. Su lugar era el hogar, donde ejercía de buena esposa y madre cristiana. Pero las españolas que emigraron a América escaparon a este rol femenino sobreponiéndose a un destino marcado. Arrancaron sus raíces para replantarlas en un mundo desconocido. |